Hijos de la compasión
La historia de esta gran familia comenzó de la mano del azar un viernes 24 de enero de 2014. Isaac Bokea volvía de visitar al pastor que le guió para salir de su adicción al alcohol. Pasaba por la ciudad de Bonyo cuando decidió comprar caña de azúcar. Dos niños se le acercaron corriendo y le pidieron un poco de caña. Les dio una pieza a cada uno. Les tomó de la mano y se acercó a una mujer que vendía tomates para preguntar acerca de estos chicos que no parecían gozar de buena salud. La mujer le contó que los chicos eran huérfanos, que solían estar por allí pidiendo comida y que no tenían un sitio
fijo donde dormir. Fue con ellos a ver al representante local del gobierno. Le pidió permiso para llevarlos a su casa.
Una semana después recogió a otro huérfano cuyos padres murieron y lo dejaron en manos de su anciana abuela enferma, que murió tres meses después. Los tíos no podían hacerse cargo de él y se quedó solo en la casa, llorando desconsolado.
En 2016, la casualidad quiso que Isaac Bokea e Iván Rodríguez se conociera. Iván Rodríguez, facilitador de Espiritualidad Profunda, tiene una página en Facebook sobre esta actividad, y gracias a ello, Isaac contactó por Messenger con Iván.
Isaac le contó su situación en el orfanato, por esa fecha, había acogido a 17 niños. Le pidió ayuda económica, a lo que Iván rehusó ofreciéndose a enviar una caja de comida. Isaac le explicó lo complejo que resulta un envío hasta Kisii y poco a poco, entablaron amistad hasta acabar hablando a diario. Un día, le comentó que una niña estaba enferma por culpa de beber agua contaminada del arroyo. En Kenia, tanto la sanidad como la educación son privadas. Iván decidió mandar dinero para la consulta del médico. Isaac envío facturas, fotos de la niña en el hospital y la información de su evolución diaria. En Kenia, muchos niños contraen enfermedades por el agua, por lo que Iván decidió enviar dinero para un tanque de agua lluvia.
En noviembre de 2017, Iván decide crear Perlas en el Barro y así es como empezó la historia de este proyecto improvisado que hoy acoge a 43 niños.