Cómo empiezas en la vida no debe determinar cómo esta acaba. Por eso vamos a cubrir las necesidades vitales de los menores a su cargo para que se conviertan en adultos saludables, felices y provechosos para la sociedad.
-
Acoger a niños y niñas en situación de orfandad o abandono, proporcionándoles un hogar seguro donde tengan una segunda oportunidad, una infancia feliz y una vida adulta plena.
-
Apoyarles en el desarrollo de medios de vida propios con los que puedan ser económicamente autosuficientes y contribuir a la prosperidad no solo de su familia, sino también de su comunidad.
Los niños y niñas que ha adoptado Isaac Bokea no necesitan subsidios que les aboquen a una minoría de edad permanente. Lo que precisan es que se les dé una oportunidad. Con nuestra contribución inicial tendrán una segunda oportunidad en su vida. Podrán convertirse en personas de bien, sanas, capaces de ganarse la vida y comprometidas con su comunidad.
Poner en valor todo el potencial oculto, sacar a la luz a esas personas y el capital humano velado bajo el barro de la pobreza, es un ejercicio de responsabilidad. Hay que fomentar lo mejor de cada persona. Hay quienes pudiendo no quieren y quienes queriendo no pueden. Ese es el drama de la pobreza, que condena a personas que no pueden aunque quieran, que pasan desapercibidas ante un sistema económico y político que las ningunea, que prescinde de todo lo que podrían aportar.